La peor decisión de Margarita sería confrontar a la coalición por sus caprichos

Del plato a la boca se cae la sopa y agua que no has de beber déjala correr. Estos dos dichos bien podrían ser aplicados en la presidenta municipal de Colima, Margarita Moreno, que no se cansó de enviar guiños a Movimiento Ciudadano con un coqueteo constante que tuvo su culmen con la visita de Samuel García a Colima.

Y esque, la alcaldesa emanada del PRI, bien sabe que el acuerdo cupular de la coalición contempló desde un inicio la alternancia entre los partidos para ocupar candidaturas a las alcaldías, de tal suerte de que si en la pasada elección fue ella la abanderada, ahora corresponde el turno a Acción Nacional, que en este caso recaería en la persona de Riult Rivera Gutiérrez, el mejor posicionado, con más puntos positivos y que asegura un triunfo holgado contra cualquier competidor emanado del oficialismo.

Sin embargo, Mago, en un arranque de soberbia y motivada por sus más cercanos aplaudidores, se empeñó en retener la candidatura brincándose los acuerdos hechos por su partido, buscando a través del PRD una forma para conseguir los favores necesarios, de esta manera vestida de amarillo intentó congraciarse con Miguel Ángel Mancera durante la búsqueda de la candidatura presidencial, que finalmente no obtuvo, lo que la llevó a tomar como alternativa el apoderarse del pequeño partido del Sol Azteca a la fuerza ,mediante sus operadores de chiste en un movimiento que más que risa causó lástima.

Así, el berrinche no cesó, sino que por el contrario se acrecentó, al punto de que el coraje de la edil la llevó a retirarse un buen tiempo de los reflectores para evitar que la prensa notara su visible descontento con la dirigencia de su partido el PRI por no presionar lo suficiente para mantenerse al frente del municipio.

Sería un error pensar que el PRI le cerró la puerta a Margarita, no, por el contrario, le ofreció en bandeja de plata la primera posición plurinominal al Senado de la República, una alternativa nada despreciable pero que resultó insuficiente para el ego de la expresidenta del DIF Estatal.

El orgullo y sus malos consejeros llevaron a Margarita Moreno a coquetear una y otra vez con Movimiento Ciudadano, primero mediante una reunión de alcaldes que integró a Luis Donaldo Colosio, presidente de Monterrey; después paseándose por tierras jaliscienses en informes de políticos emecistas con quienes presumía fotografías, destacando la de Samuel García, controvertido gobernador de Nuevo León, con quién envió señales definitivas que no gustaron para nada a la cúpula priísta estatal.

Por si fuera poco, con el destape de Samuel como precandidato único de MC, Margarita se soltó grotescamente el pelo, presumiendo en redes sociales fotografías subliminales que hacían alusión de lo mucho que le gustaba el naranja, además de alinear un desfile navideño con el sitio, día y casi hora en el que pegaría calcas el regiomontano en la capital colimense y para que no quepa duda, ordenó la imagen con motivo de su segundo informe de gobierno con tonos naranjas.

Es evidente que todas estas acciones descaradas causaron molestia en el priísmo, pues fue el PRI quien llevó a Margarita Moreno a la posición en la que está, y el mismo priísmo le hizo el ofrecimiento de una primera posición plurinominal al Senado cuando en realidad no estaba obligado a hacerlo, sin embargo, aún con todo esto, Arnoldo Ochoa González, presidente estatal del PRI emitió en un brevísimo comunicado su respaldo a la reelección de Margarita el mismo día de la visita de Samuel García a Colima.

Es más, el mismísimo Fernando Moreno Peña, en una entrevista con un medio digital, se dijo extrañado por la actitud de Moreno González, considerando que era una forma de presionar su destape para la reelección a la alcaldía, pues en caso de que su plan hubiera sido competir con las siglas de Movimiento Ciudadano, hubiera dejado el tricolor a año y medio de su gobierno.

Moreno Peña insistió de esta forma en que había molestia en el priísmo colimense, lo que no le importó en realidad a una Mago envalentonada con la popularidad del “fosfo-fosfo” que avivó su magistral berrinche declarando ante medios que ella tiene amigos tanto en MC como en Morena. Qué forma tan déspota y vil de despreciar a su partido y a la coalición que la llevó al poder aún con su cercanía con Nacho Peralta y el sucio y oscuro manejo de la finanzas por parte de su marido , Carlos Noriega, en el sexenio anterior. Qué manera de responderle a los panistas que confiaron en su palabra y movieron al electorado a favor de Mago.

Pero como la vida da vueltas y vueltas, de un día para otro se desinfló su salvavidas: Samuel García renuncia a la candidatura, colgando no solamente los fosfos, sino también a todos los oportunistas que vieron en el bocón regiomontano una ola a su favor para hacer y deshacer, entre ellos…Mago.

Personas cercanas a la alcaldesa dicen que no la calienta ni el sol. Que los enojos y corajes son ahora peores que antes, porque el ofrecimiento secreto de la posición en el Senado que le había hecho su partido se le reventó en sus muecas por su actitud infantil y ahora la cúpula priísta, con justa razón, le niega esa privilegiada primera posición, mandándola en otra de la lista como cualquier simple mortal.

Mal haría Margarita Moreno con toda esta experiencia si tratara de arruinarle a la Coalición la retención de la presidencia municipal. Lo mínimo que debería hacer es terminar con sus berrinches y obsesas ambiciones que la sumen en una espiral de fracaso y hacerse a un lado, aceptar el ofrecimiento de su partido cuando aún puede negociar y recuperar un poquito de dignidad comportándose a la altura de los tiempos y digo dignidad porque el respeto hace tiempo que lo perdió y en estos menesteres es muy difícil de recuperar.